Vivir en pareja conlleva tener multitud de cosas en común: ya sea en personalidad, gustos o, por qué no decirlo, también gastos. Muchas de las personas, especialmente jóvenes, que conviven junto a su amor, se preguntan si hacer la declaración de la renta conjunta es buena idea o no, así que vamos a resolver esa duda.
El plazo para revisar el borrador del año 2020 y formalizar nuestra declaración ya ha comenzado, y tiene fin el próximo 30 de junio. Ponte en contacto con nosotros si quieres que te ayudemos y te asesoremos en todo lo necesario para realizar este trámite de la mejor manera.
Lo habitual es hacerlo de forma individual, pero si todos los miembros de una unidad familiar son contribuyentes pueden presentarla de modo conjunto. Antes de nada, debemos tener claro que si hemos decidido hacerlo de forma agrupada, no podremos cambiar de modalidad en el futuro.
Ventajas de hacer una declaración conjunta
Hace poco te comentábamos los errores más comunes al presentar la declaración de la renta, así que hoy vamos a repasar otro punto importante de este proceso por el que todos (o casi todos) tenemos que pasar: realizarla en formato único junto a nuestra familia.
La primera recomendación que tenemos sería la de llevarla a cabo en los matrimonios y parejas de hecho en los que uno de los dos no recibe ingresos por su trabajo, o son muy bajos respecto al otro. Así se podrían compensar las posibles pérdidas patrimoniales con ganancias de una forma conjunta.
En las declaraciones de matrimonios con hijos, Hacienda plantea una reducción de la base imponible de 3.400€ si se hace de forma conjunta; por lo que es una opción nada desdeñable. Si se trata de parejas de hecho con hijos o familias monoparentales, se aplicaría una reducción de la base imposible de 2.150 euros anuales, sumando un total de 7.700€ con el mínimo personal.
En el caso de que ambas personas tengan unos ingresos medianamente elevados (por ejemplo, trabajando a jornada completa), recomendamos presentar la declaración de forma individual, así se podría acceder a las deducciones a las que cada miembro tiene derecho por separado.
Desventajas de la declaración de la renta conjunta
La desventaja principal de este modelo de declaración de impuestos es que ambos familiares deben presentar el IRPF. Esto implica que, aunque no estuviesen en el umbral mínimo para hacerlo (22.000€ con un solo pagador, 14.000€ con dos o más pagadores), tendrán que rendir cuentas a Hacienda sobre sus ingresos.
Si se suman ambos importes, lo más probable es que se alcance el siguiente tramo de IRPF (o uno todavía más avanzado) al que estábamos adscritos anteriormente. Por lo tanto, debemos tenerlo en cuenta al realizar la declaración conjunta, especialmente si ambos en la pareja trabajan de forma estable y continuada.
Otra desventaja es que no se podrían ver beneficiados los límites en las deducciones al realizar la declaración de forma conjunta. Es por esto que la familia podría verse más beneficiada si se llegan a presentar dos declaraciones diferenciadas (siempre que ambos estén trabajando).
Por lo tanto, podemos ver que la declaración de la renta conjunta es una buena solución si uno de los miembros de la familia no trabaja. Pero, como habría que mantenerla a pesar de que ambos consiguiesen un empleo, todo depende de las condiciones familiares de cada uno para decantarse por una opción u otra.